Una
carcajada, miradas de reojo y pequeños toques, toques que van siendo algo, todo
se empieza desde abajo y se va construyendo hacia arriba. El detalle de una
gran relación está en cuidar hasta el último detalle, porque las cosas pequeñas
son las más importantes.
viernes, 28 de diciembre de 2012
jueves, 29 de noviembre de 2012
Dos pasos hacia adelante, cinco hacia atrás.
Uno de los hombres más sabios del
mundo dijo: "Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el
resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa." Lo que Gandhi no
dijo es cuando era esta teoría efectiva, en que momento entraba en vigor. Para
nuestra persona un esfuerzo total es una victoria completa pese a nuestro
fracaso en ello, pero hay muchos ámbitos en los que esta teoría se queda
meramente en unas bonitas palabras. Luchar por algo y no conseguirlo. Tropezar
siempre no es satisfactorio, es frustrante. En el colegio siempre importa más
el número que sale en el margen superior derecho del papel que el tiempo
invertido en esforzarte porque dicho número sea cada vez más alto. No importa
el esfuerzo del día a día, total ese esfuerzo solo lo conoce uno mismo
realmente. En lo personal, dar siempre para mantener a todo el mundo contento
no siempre tiene como recompensa lo que uno quiere, no siempre se obtiene todo
lo que se da y por más actos de buena fe que realices, a veces la vida se
olvida de devolvértelos de una manera u otra.
Entonces todos nos quedamos con
la idea de que la recompensa se encuentra en el esfuerzo y de que esto tiene
que bastar, pero no basta. No es suficiente. Aunque a los de alrededor les
valga para hacernos sentar bien, personalmente no llega. No obstante, nunca hay
que rendirse ¿no?
Si llevas luchando contra el
viento demasiado tiempo y estás en el tramo final ¡Qué más da un poco más de biruje¡
Es el último cacho, es el aire más fuerte pero después de ahí no hay más.
martes, 27 de noviembre de 2012
60 minutos.
Un largo día de trabajo. Se había pasado la noche estudiando. Estaba cansada. Dos de la tarde, mira el reloj, hora de salir. El cielo estaba gris, no había que ser muy listo para saber que era cuestión de tiempo que empezara a llover. Baja las escalera hacia la puerta. Sola. No estaban siendo unos buenos días para ella. Una persona inesperada a la salida. Una intensa mirada que estaba significando muchas cosas mientras dos cuerpos quietos estaban indecisos sobre si avanzar hacia la otra persona. Un abrazo. Sonrisas fingidas. Sonrisas de esas que guardan dolor justo en la esquina de la boca y en el centro de los labios presionados. Palabras y una pregunta. ¿Damos un paseo?. Asiente. Él hace ese gesto de tocarse el pelo tan típico en él, de cuando está nervioso y no sabe que hacer o cuando no quiere llevarte la contraria aunque no esté de acuerdo. Más palabras. Cuerpos relajados. Ahora si, sonrisas, sonrisas de complicidad. El inicio de algo. Tal vez volviera a ser como antes, como siempre. Un gesto de duda y un brazo valiente que sale de su espacio personal para invadir el otro. Otro abrazo. Miradas cómplices, perdidas, recordando lo que un día fue... Lo que seguía siendo. Dudas. Las tres de la tarde. Empieza a llover. Hora de marcharse. Lloran. Lágrimas guardadas durante mucho tiempo que necesitaban salir. Dos almas necesitadas, orgullosas, dolidas. Una despedida bajo un portal. Pies y manos frías. Ganas de besar que se quedan en un frustrado intento evaporado entre la lluvia. Abrazo de despedida. Dos palabras, ocho letras. Unos ojos tristes frente a una dulce sonrisa.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Lealtad
Todos conocemos el significado de la palabra lealtad. Esta puede seguir unas pautas, tener ciertos conceptos que no olvidar nunca. Adjetivos que dan significado a la propia palabra.
Es entonces cuando yo me pregunto, cuando en un determinado momento a alguien se le ocurre romper esa lealtad, esa misma que consiste en nunca darle la espalda a alguien... ¿En qué piensa? ¿Qué le lleva a romper las pautas de la lealtad? Además la lealtad consiste en fidelidad a uno mismo y cuando rompes algunos esquemas, tiras con ciertos muros que no se podrían ni tocar, y ahí realmente estás rompiendo también con la lealtad a ti mismo. Rompiendo tus principios.
Siempre digo y seguiré diciendo una frase: "No hagas a nadie lo que no te gustaría que te hiciesen a ti".
martes, 6 de noviembre de 2012
No temas por sentir mariposas
¿Nos pueden negar el amor? Hubo una época en la que a las mujeres, a
ciertas mujeres en una parte del mundo no se les permitía mostrar sus sentimientos,
no les era posible amar. ¿Imagináis lo doloroso que puede ser que te nieguen el
derecho a amar? Nada en la vida merece más la pena que el amor. Lo mejor que te puede pasar es que ames y
seas correspondido.
En un tiempo las mujeres de casi
todo el mundo, eran algo secundario, un objeto, un complemento el cual usar
cuando conviniera, cuando el hombre quisiera, a su merced. El tiempo pasó y el
amor pudo ser manifestado por las mujeres y no había forma mas bella de juntar
dos almas y de trabajar su intento, hasta hoy.
Mucha gente dice haber amado,
pero muy poca lo ha sentido. ¿Qué pasa cuando sucede, como lo notas?
Simplemente lo notas, por fin hay una razón que nos mueve a hacer algo, un
sentimiento que rebosa dentro de nosotros fluyendo por todo el cuerpo, haciendo
que el corazón se vuelva loco y a la vez vivo, más vivo que nunca. El amor es
un plato que eliges con los ojos cerrados, lo saboreas y esa sensación se te
queda dentro, hasta las entrañas, en lo mas hondo de tu ser puede llegar a causar
dolor, nauseas, ardor... Quien sabe, desde luego es un plato que no se sirve
muchas veces porque el verdadero amor no llega a llamar dos veces. Ahora ya
nadie nos puede impedir amar. Desde que podemos manifestarlo, buscarlo y
sentirlo, solo debemos tener fe en que en algún momento nos tocara a nosotros
si es que aun no nos ha tocado sentirlo.
Foto: Un día de sesión de fotos en casa, el último día que pude bajar a la calle sin medias, pantalones largos y abrigo. Con mis tenis preciosos, que están tan de moda y adoro :3
sábado, 3 de noviembre de 2012
Escribe un título aquí...
¿Un título? Ponerle un titulo a
las cosas puede llegar a ser lo más difícil, es más difícil escribir un titulo
que contar la historia. Nunca ha sido fácil ponerle titulo a las cosas. Igual
con las personas. Etiquetas. Tenemos la mala costumbre de querer ponerle nombre
a todo, de agrupar todo en carpetas, empaquetar cada cosa: novio, amigo,
problema, discusión, amigos con beneficios… ¿realmente es necesario? A veces lo
que nos da miedo a contar o a vivir la historia es el título, saber
que etiqueta ponerle y sobretodo si es la acertada.
Nadie ha escrito las reglas del
orden del acontecimiento de las cosas. Puedes empezar por la historia y ya le
pondrás un título, también puedes poner un título y empezar a escribir la
historia.
No necesitamos títulos ni etiquetas, solo buenas
historias que contar.
martes, 30 de octubre de 2012
Cree en ti y los demás también lo harán
Es
cierto eso de que lo que llegue a hacer una persona nos llega a afectar. Alguna
gente lo lleva mejor, tiene más capas de fortaleza que otros, también no todas
las opiniones nos afectan… pero en ocasiones nos llegamos a conformar con el
trato que recibimos. Pueden llegar a rebajarte tanto que terminas creyéndoles y
creyéndote tú todas sus mentiras. Si te tratan como un trapo, tú te
considerarás como un trapo también. Tenemos que aprender a querernos más… la
sociedad va en decadencia y nosotros nos dejamos llevar por ella, metiéndonos
cada vez más en este mundo negativo y deprimente.
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