Podemos engañar a los demás, a otra persona, incluso a nosotros mismos. Lo hacemos constantemente. Mentirnos. No queremos ver más allá de nuestra nariz. A veces, no queremos ver las cosas, por miedo o sencillamente por inseguridad; no observamos lo que tenemos, lo que queremos... pero hay algo que pasa sin que nos demos cuenta, un acto completamente natural, y que nos delata, nos delata del todo. ¿Sabéis de que hablo, no? Cuando pasamos el día con esa persona o sin tener por qué, aunque sea un rato.. al irnos, después de la despedida, nos giramos. Ese pequeño giro de ciento ochenta grados, cambia todo. Si te giras, te gusta. Ya estás perdido, y si la otra persona se gira, ahí empieza su perdición, su problema, su gloria, su locura.
jueves, 12 de mayo de 2011
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8 comentarios:
O simplemente que te digan que cuando nos volveremos a ver... Es muy bonito...
Un beso guapa, me gusta el texto
Qué verdaad! me ha encantado :)
precioso precioso!
me ha encantado, y tienes tanta razón...
un besazo!
Me gusta y tiene mucha razon.
Guapaaa!
me gusta tuu blogg;) te sigoo
un besiito
Guapaa me gusta tu bloggg;)
te sigooo
Besitooss
BUENISIMO
¡Hola!
Si te gusta la novela romántica, te invito a pasar a mi blog porque estamos celebrando un sorteo de dos novelas románticas. Espero que te apuntes. Un besito. Buen día.
El rincón de los sueños perdidos
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