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miércoles, 12 de mayo de 2010

Un largo viaje, donde solo se quedan unos pocos.

La vida es como un paseo en tren interminable. Hay muchos trenes con diferente tamaño, capacidad, peso, color y compañía. Al tren se sube mucha gente, algunos se quedan, otros se bajan y inevitablemente muchos suben. En el momento en el que alguien mete su pie en el tren, forma parte de ese tren, de una manera importante o insignificante, pero es parte del tren. Luego esa persona decidirá si se queda, si deja huella en ese tren o si simplemente se baja en la primera parada.

1 comentario:

Andrea Álvarez Caamaño dijo...

oisss yo quiero viajar en un tren del que nunca bajar :) ttequiero mocosaa.