+Ven conmigo. Déjalo todo ¿Lo harías?

-Yo no soy de tu mundo…

+¿Qué no eres de mi mundo? Formas parte de el.

-Sabes que no. Somos diferentes.

+¿Y eso es un obstáculo? Piénsalo, si fuéramos iguales no nos gustaría estar juntos; a veces no me soporto ni a mi, imagínate si fuéramos iguales.

-Pero yo tengo mis cosas, soy de una manera y no voy a cambiar. Y tú…tú eres tú. Te mueves en círculos diferentes a los míos, y tienes tus cosas, porque nuestros círculos no se parecen. Y a lo mejor tanta rareza junta, no es bueno, y termina cansando y agotando.

+¿Piensas eso, enserio?

-Si.

+Cariño, mi mundo es un círculo grande, en el que entran unas personas, la mayoría de los círculos en los que me muevo, no son nada. Pero tú, tú entraste hace mucho en el y lo complementas. Y solo yo puedo elegir si sales de el o no. Y decido que te quedas…

-¡Para! Lo estás haciendo muy difícil.

+¿Eso que significa? ¿Qué aunque sea, me permites un paseo, hasta cinco calles más abajo? ¿Y en el camino me dejas seguir convenciéndote de las ventajas de esto?

-Significa que o te callas ya, o tendré que besarte. Y me parece mucho forzar la segunda opción…

+No te he dicho lo más importante. ¡Que cabeza tengo! Antes de pedirte eso, solo quería recordarte, lo más importante…-mientras decía esas palabras, le estaba sonriendo- Que te quier..

-Shh!- le dijo.- Puso su dedo en sus labios, se miraron fijamente, y se besaron.