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martes, 25 de octubre de 2011

Decisiones y más decisiones.

Y entonces te paras y te das cuenta, de que todo sigue pasando: el tiempo, los años, las oportunidades, los cursos, la gente... no te habías dado cuenta, pero es así, corre, porque la Tierra no se ha parado ni un solo momento, sigue girando, siempre lo hace, para ella no hay un motivo para dejar de girar, siempre gira. ¿Sabéis por que? yo quiero entender, que es porque está enamorada de la Luna, y esta de la Tierra, entonces giran la una alrededor de la otra. Las personas funcionamos igual, movidas por los sentimientos, las necesidades. Hambre, sexo, amor...
Nos movemos, la gran pregunta es, ¿en que estado estamos? Se suele decir que cuando acaba algo, solo queda esperar, no buscar nada y entonces, derrepente, cuando crees que la desesperación te puede, que todo está acabado, que seguirá pasando el tiempo con la normalidad pasmosa de siempre, sucede algo. Un chispazo. Se supone que hay que hacerle caso, no dudar y decir que si, soltarse. Pero, ¿si no es un chispazo bueno? es decir, tiene defectos, como todo.


La verdad, no deberíamos de analizar las cosas, el análisis destruye el conjunto. Se supone, que cuando aparece algo, sin que lo llames o lo esperes, deberías lanzarte, atreverte con eso nuevo que quiere formar parte de ti. Porque si cumple todas las expectativas de algo que se supone que será bueno, porque tú no lo habías planeado, tan solo esperabas que pasara, tendría que ser bueno ¿no? Aunque, claro, como es lógico al pensar en lo nuevo, recuerdas lo viejo, y en ocasiones hay una espinilla, una intuición que te dice, que no acabó del todo y entonces, no sabes si avanzar o seguir, saltar a la piscina o esperar otra señal.
Decisiones, decisiones...