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martes, 28 de agosto de 2012


Unos aprenden más y otros menos, algunos antes y otros más tarde. Por circunstancias algunas personas lo hacen más rápido que otras.... A otros la vida les pasa más lenta pero una cosa es verdad, con cada acto aprendemos algo más, solo hay que saberlo ver, encuadrarlo de la manera correcta y que cuente. Cuente para el futuro, ese que cada día es más incierto y cambiante. No hay que demostrarle nada a nadie, solo ir mejorado, manteniendo lo mejor de nosotros y mejorando lo que peor hacemos, para ser alguien digno de conocer. Nadie nos cambia, cambiamos por los demás, las circunstancias y el tiempo. Cuando veáis todo gris buscar la luz, siempre hay una sonrisa guardada y una carcajada por salir... Ya se sabe que la suerte no se busca, se nace con ella o nada, pero aspirar a más, eso no nos lo puede impedir nadie, porque somos seres libres, con libertad vigilada, pero libres de hacer lo que queramos.... No le pertenecemos a nadie, solo tenemos que mantenernos fieles a nosotros mismos. Los sentimientos se apagan y cambian constantemente, las amistades perduran o se forjan y lo que nunca te abandona es la familia, pero todas son necesarias para nosotros; aunque ya sabemos lo que dicen, la teoría es fácil, siempre lo ha sido, lo difícil, el esfuerzo... Se haya en la práctica. Cree en ti y los demás también lo harán. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Un abrazo vale más que mil palabras

La cantidad de cosas que nos puede hacer sentir un simple y sencillo movimiento de brazos, un apretón. Cuando ya has agotado todas las palabras, en el momento en el que no queda nada más que decir pero que tú notas que te falta algo por dejar claro y no sabes como... Ahí, es ahí entonces cuando aparece, un pequeño pasito hacia delante de nuestros pies, un ligero levantamiento de brazos y envolverlos en la persona que tenemos delante. Un llanto, un suspiro, esa pequeña mueca de la boca que dice todo y a la vez nada, da una señal. En un abrazo decimos lo que ya las palabras no pueden expresar... es un toque, ese "estoy aquí para ti", el "te quiero" que cuesta decir y empezamos a creer con esas pequeñas dosis. Las cosas más importantes se dan en dosis, y en pequeñas. Ese pequeño gesto, ya sea darlo o que lo den, nos hace sentir en casa, protegidos, y mientras dure el abrazo podemos llorar o respirar tranquilos, que ese momento no lo quita nadie.