Seguidores

domingo, 29 de abril de 2012

Rupturas

Llega un día en el que se acaba, tiene que llegar a su fin. Porque al fin y al cabo, nada es para siempre, ni siquiera nosotros que somos el oxígeno de este planeta, que sin nosotros no hay nada. Todas las relaciones se acaban, por multitud de razones, en diferentes situaciones y tal vez en el mismo minuto, pero todas guardan una cosa en común: dolor de acabar. Y cuando se acaba, vienen las lágrimas, es como un acto reflejo. Algo que ni la persona más dura puede evitar, la nostalgia de la rutina llega en cualquier momento, sin avisar, aunque pensaras que lo tenías olvidado. Y luego viene la parte que varía en el tema de las rupturas, y es el tiempo que hay que esperar para superarlo del todo, para volver a sonreír y después, para volver a confiar, a ilusionarse.
Podremos atormentarnos todo el tiempo que queramos, pero si lo estiramos y no hacemos nada por ir apartando esos pensamientos de nuestra mente, jamás se irá. Pero llega un día ¡mira! ¿qué es eso? estás sonriendo. Tú, que  pensabas que ya nunca volverías a hacerlo o que no veías el día en que pasara. Pues pasa. "Dedícale cinco minutos al día a sonreír, y al cabo de un rato, te saldrá solo." Como dijeron en una película. Déjate llevar por los demás, contagiate de su alegría y aunque no seas felizmente tonta o tonto, estarás sonriendo y será un paso hacia la felicidad.