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sábado, 30 de abril de 2011

Estaciones, etapas, momentos.

Piensas en que momento empezaste  a sentir ese revoloteo en la barriga y la otra persona intenta pensar que es simple dolor de barriga. Intentan conectar como dos polos, mas con menos. Y ese sentimiento crea dudas y alguna de las dos partes intenta matar esas mariposas. No importa, a pesar de todo hay sentimiento. Pero entonces llega la primavera y la sangre se altera y se vuelven a activar esas mariposas. Pero igual que vino la primavera aparece el caluroso verano y asa de calor mas mariposas y lo que se altera son otras cosas... las jodidas hormonas, en su estado más letal.


Foto: Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. La hize en semana santa.. ya sabéis, amo la fotografía :$

domingo, 24 de abril de 2011

Estaban discutiendo, enfadándose el uno con el otro, alzando cada vez más la voz, y gesticulando más y más. A ella se le empezaban a macar las arrugas de la frente de la rabia y el cada palabra abría más los ojos y movía más la mano en consecuencia. Ella enfadada se dirigió a la parada de bus. Siempre cogía un bus de esos que no te hacen esperar mucho. Él la sigue unos pasos por detrás. Se callan. Se escucha solo el sonido de los coches, algún que otro pitido y el sonido del semáforo: Calle Miguel Ángel, pueden cruzar. Llega el bus a lo lejos.
+Para.
-Me voy.
+Lo siento..
-Adiós.
+Vale, ya está. Si me quieres no te subas a ese autobús, y si subes me habrás dejado todo claro. No te voy a insistir más. -Se para el bus, abre la puerta, el busero la mira pero ella le niega con un movimiento ligero de cabeza.- Mírame. Te quiero y lo siento muchísimo. Te echo de menos... y es enserio.
-Yo también te echo de menos. Tu sonrisa de idiota cuando te ríes, ver como te tiembla el labio superior cuando estás nervioso... dios, que si, que yo también te quiero y mucho.

sábado, 23 de abril de 2011

Lo difícil no es querer....






                                   .... sino conservarlo. 

viernes, 8 de abril de 2011

Las cartas del amor.

¿Sabes que es lo que pasa? Que no somos perfectos y eso nos revienta. 
Después de mucho tiempo entiendes las cosas, estudias otras cartas y las apuestas. Porque sabes perfectamente las cartas que hay, son las que son, no existen más ni van a inventar más, son las que ya conocemos todos. Nos creemos dioses, cuando vemos que tenemos las cartas buenas. Y en realidad jugar a las cartas, es un juego de suerte, de azar. Nunca sabes que va a tocar. Hay miedo, mucho.. porque no juegas solo, la otra persona tiene sus caras, y en ocasiones sabes cual va a jugar, pero llega un momento en el que la otra persona decide parar y deja de apostar. Y ahí hay dos opciones: que apueste sus cartas o que deje de jugar. Y las dos opciones, no van por el camino que deseamos. Cuando te sientas a la mesa y decides jugar, te pueden rechazar o no, pruebas contrincantes, hasta que aparece el elegido. Y entonces jugáis. Prometéis ganar, jugar limpio, respetar al otro y seguir como siempre cuando el juego se acabe. Pero son eso.. promesas. ¿Alguien confía ciegamente en ellas? Yo no, independientemente de las cartas.. cuida tus cartas, apuesta, deja en calzonzillos al otro y que el haga lo mismo contigo. Gana, pierde y acumula puntos. Pícale, estrésate y divertiros. Sobretodo eso... diviértete. Disfruta. Y cuando el juego acabe... no tengas miedo de volver a buscar contrincantes. Habrá alguien con ganas de jugar, pero cuando tengas delante contra quien quieres jugar, no dudes. Seguramente haya más y mejores, pero decidiste esa persona, de primera, y será por algo, así que, si crees que es el elegido no le busques defectos... solo juega. Vuelve a apostar todo. No pienses en la jugada pasada, ya pasó, no va a volver. El tiempo nunca vuelve. Y cada cosa tiene el suyo. Y nuestro juego aun está pendiente de empezar.. ¿empezamos a apostar ya cartas? Yo hace tiempo que dejé mi última partida atrás.

Juguemos a las cartas, las cartas del amor

jueves, 7 de abril de 2011

Supongo que en el amor solo hay una verdad y muchas mentiras.
                                        La verdad es que te quiero, una mentira, que me engañaría si dijese lo contrario.