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sábado, 24 de marzo de 2012

El cine.

Todos tenemos un sitio, un lugar, una afición con la que desconectamos, desconectamos de todo. Nos olvidamos, por unos instantes, de los problemas, los tormentos, las cosas que hay que hacer, los deberes de cada uno… Para mí ese lugar, es el cine. En el cine, te sientas con tus palomitas y esperas a que se te cuente una historia. Una historia que a veces, se basa en historias reales y otras veces, son producto de la imaginación de un guionista. El cual, cogería inspiración de anécdotas, vivencias de alguien y de juntar un montón de ideas y momentos en su mente. En el cine se crean sueños. Todos nuestros sueños se fabrican allí. Los príncipes azules que Disney nos enseña y todas queremos. Esos castillos y vestidos de princesa que todas queríamos y ese sueño de ser princesa de mayor. Poderes, que los niños querían usar para ser los “amos”. Inteligencias prodigiosas, hombres que pasan a la historia, el poder de crear algo… y el amor. La cantidad de historias que nos crea el cine sobre el amor.Cuando vas al cine, escuchas una historia ajena, de personas ficticias, te metes en la película y te quedas con detalles, frases, imágenes, consejos… Y sales del cine con sueños nuevos, con más autoestima, con más… con un algo más.Yo voy al cine desde pequeña, mis padres siempre me llevaban a ver películas… Y esa afición sigue hasta ahora. Porque hay muchos tipos de películas: ficción, comedia, drama, thriller, comedia romántica… Muchas. Y todas aportan algo. O me aportan algo, ya sean antiguas o nuevas. Me encanta. El cine, la fábrica de sueños en la que todos son bienvenidos desde los más pequeños a los mayores. Una fábrica, sin edad, para todos los públicos, con una inmensa variedad que siempre se actualiza.





1 comentario:

Caami dijo...

Amo el cine! Me fascino este texto porque lo relataste de una hermosa manera!

Un beso enorme :)